Las dietas no solamente se realizan para bajar de peso, en algunas ocasiones permite disminuir los niveles de colesterol en sangre o de triglicéridos. Las grasas se van acumulando en la luz de las arterias, predisponiendo a la aparición de enfermedades cardiovasculares.
Para combatir este problema que afecta a la salud, la dieta mediterránea constituye una buena alternativa. La misma consiste en el consumo de cereales, siendo el pan la base principal, vegetales, aceite crudo y consumo moderado de vino. El consumo de aceite de oliva aporta grasas buenas que permiten combatir el colesterol malo del cuerpo, además de aportar omega tres.
Las ventajas de la dieta mediterránea radican que el aporte de ácidos grasos monoinsaturados contribuye a disminuir los niveles de las grasas que son perjudiciales para el organismo.
Se deben utilizar los diversos ingredientes de la dieta mediterránea para realizar una alimentación balanceada, respetando las recetas típicas populares.
El consumo de una copa de vino diario constituye un beneficio para el corazón, razón por la cual se la recomienda como forma de mantenerse sano. El vino tinto contiene una elevada cantidad de taninos, usa sustancia que estimula al cerebro, constituyendo un factor de protección.
Es fundamental destacar que la dieta mediterránea promueve una mejor calidad de vida de las personas, disminuyendo la incidencia de enfermedades.
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