Con este manjar de la tierra puedes hacer degustaciones
increíbles y variadas que van desde lo dulce, lo cremoso, líquido y salado. Hoy
te mostramos una de sus variantes con pollo. Ideal para la comida de hoy.
¿Qué ingredientes necesitas?
5 pechugas limpias, deshuesadas, sin piel
Adobo, al gusto
Pimienta molida
Orégano fresco, molido
3 hojitas de laurel
½ libra de calabaza
1 tomate
1 pimiento
1 cebolla
Aceitunas y alcaparras
Achiote, igualmente al gusto
Aceite para cocinar
Un chorrito de vinagre. Precaución, más del debido puede
amargar nuestro guiso
¼ de salsa de tomate
¿Cómo preparo mi estofado?
La presentación de las pechugas puede variar según tu ánimo.
Pueden ser completas, rellenas, en trozos. El día de hoy optamos por la última
forma. Vamos a vaciar en nuestra cacerola los pedacitos, con un poco de aceite
y el chorrito de vinagre.
Procedemos a añadir el adobo al gusto, la pimienta y el
orégano molidos, para que se sofrían.
El tomate, el pimiento y la cebolla, deben ir cortados en
trocitos pequeños. Al tenerlos listos añadimos agua. Después, el laurel, las
alcaparras y aceitunas. Por último y, para mejorar el sazón del guiso, el
achiote.
Mientras esta mezcla
se cocina a fuego lento, en una cacerola colocamos los trozos de calabaza, cocinándola
hasta que esté muy blanda. En ese punto la colocaremos en un tazón profundo
para hacerla puré.
Este puré lo vamos a mezclar con el de tomate, para lograr
una mejor consistencia. Ya cocinadas las pechugas, que tenías previamente en
cocción, las añades al puré y mezclas bien para que adquieran el sabor de la
calabaza.
Ahí termina la receta, sólo quedad degustarla en compañía de
aquellos para quienes hayas cocinado. ¡Buen provecho!
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